En la página oficial de Higgsfield, la empresa comenta: "Higgsfield is democratizing fame and reshaping the idol system. Watch the future of idols come alive and discover how anyone can transform into a superstar." Acaban de lanzar Higgsfield Records, la que según remarcan (erróneamente) es "la primera discográfica de inteligencia artificial del mundo".

La retórica de la empresa con sede en San Francisco y liderada por Alex Mashrabov (anteriormente en SNAP), está obviando voluntariamente un contexto más que determinante. Los ídolos virtuales no son nada nuevo: en Corea del Sur, proyectos como el grupo femenino Eternity (estilizado IITERNITI y creado por Pulse9), Plave (propiedad de Vlast) o MAVE: (creado por Metaverse Entertainment) llevan desde comienzos de década demostrando que un modelo musical construido sobre avatares digitales puede alcanzar el éxito masivo.

Pero hay algo que diferencia a la propuesta de Higgsfield con las surcoreanas mencionadas: la empresa enfatiza en la presentación de su servicio (se invita a que cualquier persona interesada pueda postularse como un ídolo hecho con IA, rellenando un simple formulario) que "ya no necesitas talento: tu cara es suficiente". Mientras que en MAVE: existe una labor humana para crear las producciones y tratamientos vocales, en Plave se reconoce que hay cantantes de carne y hueso detrás de los avatares masculinos. Higgsfield busca que todo ese régimen de "co-creación" se vuelva innecesario.

¿Cómo han decidido desde Higgsfield presentar su nueva aventura? Desvelando su primer ídolo K-Pop, denominado Kion, a través de un videoclip (en el que, por cierto, manda un claro beef a Blackpink) y todo tipo de imaginería visual. Si retrocedemos unos meses, nos damos cuenta que, entre mucha polémica, tuvimos que recibir a TaTa, la creación sintética de Timbaland y su proyecto junto a SUNO, Stage Zero. Además de ser ambas creaciones dos ejemplos de "artistas sintéticos", ¿qué otro patrón común podemos observar? Sí, salta a la vista: hay una clara intención de mimetizarse con la ascendencia K-Pop y el resultado son ídolos que se construyen sobre el estereotipo y rasgos orientales.

"Ya no necesitas talento: tu cara es suficiente".