"¿Todos quieren ser un Labubu?"
¿Y si lo que llamábamos “mal gusto” era simplemente el nuevo realismo estético? ¿Y si el futuro del arte no es la belleza ni la ruptura, sino la absorción? Recordemos que el algoritmo no quiere arte: quiere formatos.

Sujeto portador de FRANKA™️. Divulgador, crítico cultural y profesional de las industrias creativas con más 20 años de experiencia en distintas áreas y con diferentes roles.
¿Y si lo que llamábamos “mal gusto” era simplemente el nuevo realismo estético? ¿Y si el futuro del arte no es la belleza ni la ruptura, sino la absorción? Recordemos que el algoritmo no quiere arte: quiere formatos.
Casi a mes vencido, como los malos pagadores, pero cumpliendo al fin y al cabo: ración doble de las canciones que más me han llamado la atención en abril 2025...
El ticketing actual es una de las máquinas más perfectas creadas por el capitalismo afectivo. El reciente caso de Bad Bunny y su World Tour, el perfecto ejemplo para diagnosticar lo que ocurre.
El festival no es libre para decidir: es una fachada operada por capital de riesgo. Los artistas que cancelan actúan con coherencia, pero el problema es estructural. Mientras no se altere la arquitectura de propiedad, todo posicionamiento será decorado.
El síndrome que representa a Kanye West es el del artista que no busca un mensaje, sino el vértigo. Una entidad poseída por la necesidad de transformar todos sus actos en bombas epistemológicas...
Lo que antes eran signos cargados de identidad, historia o singularidad, hoy se han convertido en plantillas visuales intercambiables, templates generadas en segundos y replicadas hasta el agotamiento.
En lugar de preservar la forma tradicional, Los Thuthanaka someten sus códigos, deidades, texturas y rítmica tradicional a un proceso de aumento. Una obra tan ininteligible como atrayente.
Nada diferencia a Trump de un creador de memes y hoy el poder ha sido completamente absorbido por la misma lógica. La pregunta es: ¿Por qué no hacen lo mismo los demócratas o la izquierda?