Desde que estalló la polémica contra Sónar Festival por el tejido de inversión que lo sustenta y sus balones fuera cuando se exigía un posicionamiento claro en cuanto al genocidio en Palestina, he recibido todo tipo de comentarios en el plano digital y físico. Debates abiertos, opiniones radicales, matices y todo tipo de experiencias (artistas, asistentes, afectados, etc) alrededor de lo ocurrido. Pero, haciendo un ejercicio retrospectivo, hay una cuestión que probablemente ha sido la más comentada.

La pregunta no apareció en las FAQs que plantee sobre el asunto pero sí ha vuelto a brotar seriamente en los últimos días debido a otra polémica diametralmente parecida: la que ha tenido como protagonistas a Rosalía y al diseñador mallorquín Miguel Adrover. El interrogante, os lo podréis imaginar: ¿Por qué a unos sí y a otros no?

Intentando abordar esta tensión, una que tiene a gran parte de los artistas de todo el mundo paralizados (por el miedo a posicionarse o la frustración de haberlo hecho y no haber cumplido las expectativas), me he propuesto analizar las dinámicas sociodigitales implicadas y brindar algunas respuestas y materiales que pueden ser de ayuda para cualquiera que pueda verse identificado con este problema.

Algunos comentarios dispares de usuarios una vez desatada la polémica Rosalía-Adrover.

Rosalía-Adrover case study...

Rosalía no recibió advertencias previas ni se le ofreció una interlocución en ningún momento. La polémica sobre ella comenzó por omisión. El mencionado diseñador de culto Miguel Adrover, muy influyente desde su nicho en los últimos años, exponía hace unos días, y a través de una interacción privada, que declinaba colaborar con Rosalía, una artista mainstream de escala global. Y lo hacía por principios éticos: “Miguel no colabora con ningún artista que no apoye públicamente al pueblo palestino”.

⚇ El artista mainstream en el clima político actual: sin libertad para hablar y consecuencias por callar.

Desde la lógica y la humanidad, la postura de Miguel es legítima: cuando se está retransmitiendo un genocidio en directo y matando de hambre a la población en Gaza, da igual si hace un año y medio mostraste "solidaridad". Los grandes altavoces no pueden silenciarse sin consecuencias; el perfil bajo ya no se puede tolerar en esta situación. Sólo la implicación sostenida tiene sentido.

En el caso de Rosalía, se agrava por 1) el marco editorial y discográfico que habita: Universal Music Group (Universal Publishing, la dueña de su catálogo y gestora de sus derechos de autor) está dirigida por un CEO abiertamente pro-Israelí, Lucian Grainge. (Aunque su discográfica siga siendo Columbia, parte de Sony Music, esta información es probablemente un factor a tener en cuenta). 2) Su alianza con New Balance, marca también señalada como sionista. 3) Ron Leshem, el creador original de Euphoria, más de lo mismo.

Digamos que la presión para alguien como Rosalía debe ser alta; recordemos que las industrias del entretenimiento están plagadas de lazos con Israel.

Un timeline secuencial de lo ocurrido desde la perspectiva del diseñador: se inicia el "beef", se anuncia el documental sobre su figura y empieza la narrativa del "oportunista"...

⚇ El artista nicho con la "necesidad" de insertarse en el flujo mediático…